sábado, 2 de junio de 2012

La caída de General Motors

"Lo que es bueno para el país es bueno para General Motors y viceversa", fueron las palabras de Charles Wilson, consejero delegado de General Motors, con motivo de su investidura como secretario de Defensa de Estados Unidos.
General Motors suponía el 10 % de la economía del país y representaba el 50 % de la industria del automóvil. Estos datos por si solos confirmaban las palabras de Wilson.
GM iba a mucho más allá de su repercusión en los Estados Unidos. GM mostraba al resto del mundo el modo estilo de vida americano, donde capitalismo es sinónimo de progreso, de bienestar, de calidad de vida, en definitiva de unidad. Y aquí, en la simbiosis y unidad que representaban GM y USA, termina con la recesión de ambas en un efecto sin parangón desde la gran depresión del 29.
GM es nacionalizada, el estado se hace con el 70% del accionariado de la empresa. La empresa cae. El símbolo de los Estados Unidos se ve incapaz de continuar. La historia dirá si es la última empresa en caer.
Las décadas de los 50 y 60 supusieron cenit empresarial de GM. Su método de trabajo, su esfuerzo en I+D, su gestión suponían un ejemplo para el estadounidense. Tiempos de gasto, tiempos de consumismo.
Alfred Sloan, que fue presidente de la empresa entre 1923  y 1956, puso en marcha un programa de excelencia empresarial: la introducción de pequeños cambios que enfatizaban cada temporada pasando de moda de un año para otro. Se busca la renovación continua. Todo el país recoge la idea. La sociedad americana se convierte en una sociedad consumista. Lo que hoy está de moda, mañana puede no estarlo Así es el concepto de vida americano.
GM no solo influyó en la instauración de las modas. Supuso también la diferenciación social en base a su capacidad de poder. El rango social y el poder adquisitivo del norteamericano son una realidad que se refleja en la compra del automóvil. A tal nivel tal coche.
General Motors se convierte en el reflejo de la sociedad americana y viceversa
Así es América